miércoles, 2 de marzo de 2016

AUTONOMÍA Y HVD - HABILIDADES SOCIALES EN INVIDENTES: I. Infancia y adolescencia.

1. HABILIDADES SOCIALES EN INVIDENTES.
              
          Las habilidades sociales son las conductas necesarias para interactuar y relacionarse con otras personas de forma efectiva y mutuamente satisfactoria, útiles para expresar sentimientos, actitudes, deseos y derechos. Dichas conductas se aprenden en parte a través de la observación y la experiencia, almacenándose en la memoria para luego poder ser recuperadas y empleadas en situaciones nuevas pero, en el caso de las personas invidentes, este tipo de aprendizaje por observación o imitación no tiene lugar.

Investigaciones en el área de habilidades sociales sobre la población con ceguera y deficiencia visual demuestran la notable dificultad que tienen las personas ciegas para adquirir un repertorio adecuado de habilidades interpersonales. Es por ello que este aspecto es relevante para su autonomía, siendo de gran importancia a la hora de comunicarse con los demás y hacerse un hueco en la sociedad como cualquier otro individuo, lo que hace necesario una enseñanza particular de estas habilidades.

Muchas de las habilidades sociales tienen relación con aspectos visuales, como las expresiones y los gestos que manifiestan emociones.  La mirada se utiliza para acompañar la conversación, animando de esta forma a la otra persona a comunicarse, haciéndola partícipe de nuestras necesidades y la sonrisa, la proximidad física, la postura corporal o la gesticulación manual denotan cercanía, suavizan tensiones y facilitan la comunicación. En este apartado las posturas y gestos de las personas invidentes suelen ser muy forzados, pareciendo robóticos y poco fluidos, precisando con frecuencia ayuda de los demás para interactuar.

Verdugo y Caballo (1995), en su revisión sobre el tema, exponen cuáles son las habilidades sociales en las que los ciegos tienen una menor competencia o son menos hábiles que la población vidente. Los comportamientos diferenciales más sobresalientes, entre otros, son:

A. Menor intercambio social (Markovits y Strayer, 1982).

B. Simetría de posturas (apariencia de rigidez corporal) (Bonfanti, 1979).

C. Problemas de adaptación social y aislamiento de sus compañeros videntes 
    (Bieber-Schut, 1991).

D. Dependencia y pasividad (Harrel y Strauss, 1986).

E. Falta de asertividad (Rickelman y Blaylock, 1983). 

F. Dificultades en la construcción de la autoimagen y el autoconcepto 
    (Fraiberg, 1977; Beaty, 1991; Howze, 1987).

G. Déficits en habilidades no verbales como la postura inadecuada, 
      utilización inadecuada de gestos,  mayores perturbaciones del habla y 
      menor número de formulación de preguntas abiertas 
      (Van Hasselt, et al., 1983).

H. Mayor dificultad en participar en situaciones sociales, 
      autoestima y control interno inferior (Quintana, Gil y Clemente, 1984).

I. Locus de control más externo (Land y Vinenberg, 1965).

J.  Las personas ciegas se ven a sí mismas como 
    más incompetentes e infravaloradas (Quintana, Gil y Clemente, 1984).





2. INFANCIA Y ADOLESCENCIA
               
           La infancia y la adolescencia son consideradas como etapas claves en el desarrollo a la hora de adquirir y asentar el uso de las habilidades sociales.


2.1. INFANCIA. 

La sonrisa y el contacto ocular son conductas muy importantes para la interacción social. Dicha sonrisa social aparece entre las primeras seis semanas y los tres meses de vida. Posteriormente, hacia el tercer mes, se convierte en un comportamiento instrumental, puesto que se emplea, por ejemplo, para captar la atención de la madre. Finalmente, es en el cuarto mes cuando se perfecciona, pudiendo utilizar la sonrisa junto a otras expresiones faciales, de manera simultánea.

Los estudios realizados en niños ciegos muestran que la sonrisa social aparece en ellos al mismo tiempo que en el resto de los bebés, como respuesta a una estimulación táctil y auditiva, la voz materna. Después de los seis meses los niños ciegos sonríen menos y sus sonrisas se vuelven menos llamativas y vivaces, debido posiblemente a la falta de refuerzo visual.

En estudios con bebés ciegos se ha podido observar la expresión de emociones básicas como la alegría, la tristeza, el enfado o el desagrado. Estos bebés precisan un entorno que favorezca el aprendizaje de dichas expresiones, ya que de lo contrario se observan rostros serios y con poca variedad de expresiones faciales.

También se han planteado hipótesis acerca de la existencia de un componente genético que contribuiría a heredar expresiones faciales similares a las de nuestros progenitores. Es por ello que se han realizado investigaciones, en las cuales se empleaban sujetos nacidos ciegos y familiares videntes, con el fin de comparar sus respuestas faciales ante el relato de diversas situaciones. En los resultados pudo comprobarse que existía una cierta similitud entre las expresiones faciales de los participantes ciegos y sus correspondientes familiares. 

- Estudio detallado y enlaces originales: 
http://nosinvidentes.blogspot.com.es/2016/03/autonomia-y-hvd-habilidades-sociales-en.html



2.2. LA ADOLESCENCIA.

             


     En la sociedad actual la imagen ha pasado a ser el centro del intercambio social, dejando de lado el aspecto verbal. El adolescente crea sus propios códigos de interacción que se ven reflejados en los gestos y posturas que utiliza, los cuales se desarrollan generalmente en grupos cerrados. Si nos ponemos en el lugar de un adolescente invidente viviendo en este nuevo modelo de sociedad, es fácilmente apreciable el esfuerzo que éste ha de realizar para adaptarse.

      La adolescencia es una etapa importante para la persona invidente, puesto que es un periodo de cambio en el que éste empieza a ser consciente de las consecuencias que se derivan al tener dificultades para relacionarse. En él se adquiere una mayor independencia, se modifican las relaciones con los iguales y los adultos, aparecen las relaciones sexuales y adquiere mucha importancia la preparación educativa y vocacional. En el caso de los invidentes, pueden presentarse problemas en todos estos ámbitos.




Intereses y repercusiones del déficit visual en adolescentes


INTERESES


POSIBLES REPERCUSIONES

Mayores intereses de relación con los iguales.


Dificultades para participar en actividades cargadas de contenidos visuales.

Mayores deseos de independencia familiar.

Mayor dependencia de los demás.

Mayor control familiar.


Mayores intereses sexuales.

Ideas negativas respecto a su atractivo físico.





3. BIBLIOGRAFÍA.

Discapacidad visual y autonomía personal: Enfoque práctico de la rehabilitación. Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE), septiembre de 2011. Editorial: Manuales. Disponible en Internet: http://sid.usal.es/idocs/F8/FDO26230/discap_visual.pdf




4. WEBGRAFÍA.

- Rotella, Cecilia. Parlanti, Sonia. Las habilidades sociales en adolescentes ciegos, Facultad de Educación elemental y especial - U.N.Cuyo. Disponible en Internet: 






Redacción: Ariadna Porras Moraga.






3 comentarios:

  1. las personas con discapacidad con el problema de ceguera tienen el mismo proceder que una persona normal, por lo tanto ellos si pueden defenderse ante cualquier adversidad...y se pueden desempeñar en cualquier ámbito.

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  2. las personas con discapacidad tiene el mismo trato que una persona normal,por lo tanto ellos se pueden defender ante cualquier problema o situación que se les presente.

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